El desgomado
seco es uno de los tantos métodos para refinar el aceite crudo de algunos tipos
de aceites comestibles.
En este
proceso, el aceite se trata con un ácido para descomponer los complejos de
iones metálicos/fosfátidos, y se lo mezcla con tierra de blanqueo y en algunos
casos con carbón activado. La tierra enlaza el ácido de desgomado, los
fosfátidos y los componentes menores, como clorofila, y posteriormente se
elimina por medio de filtración. El aceite blanqueado y filtrado luego puede
refinarse físicamente. Se logra una mínima retención de aceite en la tierra
soplando, por ejemplo, el filtro con vapor. En la arcilla, son normales los
valores de 50 % en peso de contenido de aceite.
La principal
ventaja del desgomado seco es que evita la generación de un efluente acuoso,
además del agua involucrada en el sistema de vacío usado durante la refinación
física. En aquellos lugares donde las reglamentaciones prohíben o restringen
con severidad la descarga de efluentes conteniendo fosfatos, el desgomado seco
puede ser un proceso más económico que la eliminación de fosfatos de efluentes
por medio de la precipitación, y en algunos casos, constituye la única opción.
La cantidad de
tierra de blanqueo a utilizarse en el desgomado seco aumenta al crecer el
contenido de fosfátidos. Debido a que el uso de tierra de blanqueo no es
económico (costo de la tierra de blanqueo, pérdida de aceite y posiblemente
costos para eliminar la tierra utilizada) en la práctica, el uso del desgomado
seco se limita a aceites con bajo contenido de fosfátidos. Esto incluye aceites
como el de palma y otros aceites tropicales con un contenido naturalmente bajo
de fosfátidos, o el caso de aceites cuyo contenido de fosfátidos ha disminuido
con un tratamiento previo, tal como el desgomado acuoso o preferentemente ácido;
por ejemplo a un aceite de soja.
El sebo
comestible también se somete a un proceso de desgomado seco antes de su
refinación física. El proceso de desgomado seco en sí es simple y utiliza los
equipos habituales de blanqueo. El ácido, generalmente ácido fosfórico con una
concentración de 75-80 % en peso se dispersa en el aceite caliente (80-100 °C)
en cantidades de 0,05-1,20 % en peso de aceite. Después de un breve tiempo de
reacción, se puede agregar un poco de agua para realizar un blanqueo eficiente
(38) y a continuación se agrega tierra de blanqueo en cantidades de 1-3 % en
peso base aceite, y se aplica el vacío. Luego se calienta el aceite a
temperatura de blanqueo que puede llegar a 120 ó 140 °C y después de unos 15
minutos, el aceite se enfría a menos de 100 °C y la tierra de blanqueo se
elimina por filtración. Se prefieren evitar temperaturas altas debido al riesgo
de formar productos de degradación del aceite. Como mencionáramos
anteriormente, la principal ventaja del desgomado seco es que se evitan los
efluentes con contenido de fosfatos. Otras ventajas son la baja inversión y
bajo consumo de energía, pero éstas a menudo no contrarrestan los altos costos
que implica el uso de grandes cantidades de tierra de blanqueo. Otras serias
desventajas del desgomado seco es que sólo se pueden resolver los problemas de
calidad mediante el uso de mayor cantidad de tierra de blanqueo.
En el
desgomado seco, parte de la tierra de blanqueo puede ser reemplaza por un
hidrogel de sílice sintético, Trisyl en lo que W. R. Grace & Co. ha
denominado "Modified Physical Refining" (Refinación Física
Modificada). Esto con la idea de que la sílica trabaje más orientada a la
remoción de jabones y metales presentes en el aceite y la tierra de blanqueo se
dedique básicamente a la remoción de los fosfátidos y demás componentes
menores.
Sin embargo,
no existe ningún impedimento para poder refinar un aceite utilizando este
procedimiento de desgomado seco, utilizando exclusivamente tierras de blanqueo.
Fuente: Asociación
Argentina de Grasas y Aceites (2000). A&G
Libro 10º Aniversario. Chacabuco, Argentina: Editorial Amalevi.